CHILPANCINGO.- Grupos de manifestantes incendiaron la sede del Congreso del sureño estado mexicano de Guerrero junto con algunos vehículos, en protesta por la presunta masacre de 43 estudiantes a manos de policías corruptos y miembros de un cártel de las drogas en la ciudad de Iguala. La violencia también afectó otras zonas del país: en el sureño estado de Chiapas manifestantes quemaron una caseta de peaje, mientras que otros más destruyeron la oficina local del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la ciudad de Morelia y el miércoles manifestantes prendieron fuego al edificio del ayuntamiento de Iguala
En el vecino estado de Michoacán, que también ha sido un punto conflictivo por el narcotráfico, estudiantes bloquearon la entrada principal del aeropuerto local, dijo un portavoz de la policía.
El caso de los estudiantes, desaparecidos desde septiembre, ha sacudido al Gobierno de Enrique Peña Nieto del PRI, quien asumió el poder en diciembre del 2012 prometiendo controlar la violencia heredada de su antecesor Felipe Calderón. El fiscal federal, Jesús Murillo, aseguró que las investigaciones apuntan a que los alumnos de magisterio de la humilde escuela rural de Ayotzinapa, en Guerrero, habrían sido asesinados y calcinados.
El Papa Francisco lamentó lo que calificó como el “asesinato” de los 43 estudiantes en México.
Los padres de los estudiantes partieron en caravanas a varias partes del país para llevar su mensaje de “indignación” e informar sobre la situación que viven. La “Brigada Nacional” recorrerá, a través de tres rutas, diez de los 31 estados de México y concluirá el 20 de noviembre con una marcha y una concentración en la Plaza del Zócalo del DF.
“Vamos a exigir nos regresen a nuestros hijos porque para mí no está desaparecido, el gobierno lo tiene escondido, en cualquier lugar, no sé dónde, pero no está desaparecido”, dijo Carmelita Cruz, madre de Jorge Aníbal Cruz y tía de otros dos estudiantes que forman parte del grupo de desaparecidos. En autobuses y vehículos particulares, las primeras en partir fueron las caravanas que recorrerán el norte del país y el estado de Guerrero y más tarde saldrá otro contingente, hacia el Sur.
Los 43 jóvenes desaparecieron tras ser perseguidos por policías, que mataron a otros seis e hirieron a 25 y que los entregaron al grupo criminal “Guerreros Unidos”. Según testimonios de dos detenidos, fueron muertos, calcinados y sus cenizas se arrojaron a un río. Por el caso están detenidos el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda. Abarca llegó al cargo con apoyo del PRD, el partido de izquierda. (Reuters-DPA)